martes, 12 de diciembre de 2017

YA NO QUEDAN JUNGLAS ADONDE REGRESAR de Carlos Augusto Casas

Llegué a esta novela por recomendación de dos amigos que de novela negra saben mucho. Muchísimo. Los dos me insistieron en que iba a encontrarme una historia de las que dan de lleno en el estómago. Uno es Juan Ramón Biedma, escritor casi inclasificable pero capaz de crear universos oscuros, góticos y aterradores y a quien admiro profundamente, tanto por su obra como por ser el maravilloso hombre que es. El otro, mi librero de cabecera y confianza, José Carlos García, que en todo lo que sea policiaca y negra tiene un criterio fabuloso y que me premia, además, con su cálida amistad. Así que con semejantes referencias tenía que hacerme con él y gracias a José Carlos, que lo encargó para mí, Ya no quedan junglas adonde regresar cayó en mis manos. Poco después tuve la fortuna de conocer al autor, Carlos Augusto Casas, en un encuentro de novela negra que el propio José Carlos organizó en Getafe y pude compartir impresiones con él.

Y es que con sólo 196 páginas, Ya no quedan junglas adonde regresar hila una trama negra, dura y sin concesiones. Un asesinato, una venganza, un asesino a sueldo, prostitución en pleno centro de Madrid, un proxeneta sin escrúpulos, una investigación policial, una inspectora con su vida personal cayéndose a pedazos pero profesional y capaz. Y todo en un ambiente sórdido, el que ampara la prostitución y a sus clientes, hombres de todos los estratos sociales, y unos diálogos con frases que a veces son como puñaladas. ¿Cómo podría no quedarme pegada a sus páginas?

EL AUTOR: CARLOS AUGUSTO CASAS


Madrileño, escritor y periodista, comenzó su carrera en Diario 16 para pasar después a la Agencia Efe  y algunos medios locales. Ejerció como periodista de investigación para TVE, Antena3, Cuatro y Telecinco. Hoy día compagina el periodismo (es subdirector del programa Víctimas del misterio en TVE) con la dirección de la colección de novela negra Estrella Negra. Ha participado en varias antologías de relatos de género negro y fue finalista del Premio Pata Negra de Novela de la Universidad de Salamanca. Con Ya no quedan junglas adonde regresar, su primera novela, ha obtenido el premio Wilkie Collins de Novela Negra este año. 

SOLO ME QUEDA LA VEJEZ... ¿O NO?


Teo, un anciano al que apodan el Gentleman, con una vida vacía y llena de olvidos y tristeza, sólo encuentra ilusión cada jueves en su cita con Olga, una prostituta que "trabaja" en la calle Montera de Madrid. Pero no hay sexo en sus encuentros. Los dos huyen de sus rutinas inventándose vidas paralelas felices y triunfadoras, comen juntos, hablan. Durante ese rato son felices a su modo. Pero un día Olga aparece brutalmente asesinada y los sospechosos son cuatro abogados de alto nivel que la contrataron para pasar la noche con ellos. El anciano, tras el dolor inicial, decide que está harto de que la vida le robe lo que ama y se arma con una sola certeza: quiere venganza. Y es que el hombre más peligroso es el hombre que no tiene nada que perder porque ya lo ha perdido todo. 

PORQUE DONDE NO HAY JUSTICIA APARECE LA VENGANZA


Esta frase, que me parece redonda, me la escribió Carlos Augusto Casas al firmarme este libro. Un libro que, como os decía al principio no da ninguna concesión al lector. No es amable, no hay personajes "buenos" porque todos son malos o peores... y sin embargo, en esa oscuridad, te sientes muy cerca de algunos incluso cuando sabes de lo que son capaces. Incluso cuando los has visto matar. Ese es uno de los méritos de Ya no quedan junglas adonde regresar, pero no el único.

Estamos ante una novela negra con muchos ingredientes habituales pero también otros muy distintos: hay un asesinato y una investigación policial, sí, pero los protagonistas se salen por completo de los cánones. El Gentleman, que pasa ya de los 70, casi se ha abandonado por completo. Viudo desde hace años, con un hijo viviendo muy lejos y que no tiene tiempo ni para hablar con él por teléfono, con una vida gris en la que sólo quedan recuerdos y decadencia, la única luz está en los jueves de su calendario. En sus citas con Olga, la prostituta de la calle Montera explotada y controlada por un proxeneta, el Tigre, que acepta el dinero del Getleman no por irse a la cama con él sino para, durante una hora, ser otro hombre y otra mujer, inventarse una biografía, trabajos, aficiones. Los dos saben que han creado un mundo falso con hora de finalización, pero es su manera de olvidarse de todo. Su manera de tenerse cariño. Cuando se despiden, el mundo vuelve a ser inhóspito y lóbrego. Casi inhabitable.

"Ella no quería volver a la boca con sabor a plástico y espermicida, a los hombres pequeños que se hacían grandes con gritos y exigencias, a tapar la podredumbre con maquillaje. Y él no quería regresar a la caja de pastillas con sus seis compartimentos, a las horas muertas mirando la tele sin entender nada, a mendigar palabras por la calle a desconocidos que le rehuían."

El atroz asesinato de Olga despierta una rabia desconocida en el Gentleman, que buscará el modo de vengarse de quienes le han arrebatado la única alegría de su vida. Con la ayuda de Tina, otra prostituta amiga de Olga, y de un tipo marginal que se mueve bien por internet, buscará el modo de localizar a los cuatro abogados que, sin género de dudas, mataron a su amiga. Y vengarse sin ninguna piedad.

La investigación oficial de la muerte de Olga está a cargo de Inés Iborra, una inspectora catalogada como una "hija de puta" por compañeros y subalternos. Es competente, capaz, inteligente y dura. Ha de serlo en una profesión dominada por los hombres y no duda en abrirles expedientes por comentarios machistas. Su profesionalidad no se ve empañada por su particular drama personal: su marido se ha ido de casa y no le coge el teléfono, por lo que va dejándole mensajes en el buzón de voz tratando de buscar respuestas. Tendrá como compañero al subinspector Puertas y, aunque choquen en muchas cosas, juntos trabajan bien. Llegar a los abogados es tarea fácil porque Olga, como protección, había mandado la matrícula del coche en el que se subió a su amiga Tina. Pero otra cosa es que los abogados sean fáciles de acusar.

La tercera pieza en este puzle es Pedro Bustos, un hombre atractivo y aparentemente triunfador, que vive en un chalet con su pareja y el hijo de ésta. Una familia perfecta y feliz... en apariencia. Porque Pedro Bustos es en realidad un asesino a sueldo "durmiente" apodado Herodes. Y su jefe le pide que salga de su tranquila existencia cuando la venganza del Gentleman empieza a tomar forma, ya que uno de los abogados implicados en la muerte de Olga trabaja para él.

La calle Montera de Madrid tiene también su protagonismo. Una calle en pleno centro, que conecta la Puerta del Sol con la Gran Vía, tristemente famosa desde hace décadas por la prostitución que pasea por ella. Actualmente es fácil ver a las prostitutas si nos fijamos un poco. Pero la verdad es que son invisibles para la mayoría. O quizá es que no las queremos ver. En la novela vemos como sus clientes habituales son hombres mayores como Mazas, amigo del Gentleman, o el Residuos, habitual del bar de esa calle que los tres frecuentan. El Residuos resulta ser repugnante en su trato a estas mujeres, un tipo que prefiere quedarse sin comer y gastarse el dinero en un polvo triste con cualquiera de ellas.

"Pero qué cojones, por un polvo se hace lo que sea. Si tengo que tirarme un mes buscando comida en la basura, pues lo hago. Soy un tío ¿no? Y qué hacemos los tíos, follamos. ¿Y sabes lo que más me gusta de follarme a las putas? Notar que no les gusto, que les doy asco, que no soportan mi olor. Pero como tengo la pasta tragan y lo hacen. Es como si las jodiera dos veces."

A eso me refería antes al decir que los diálogos son como puñaladas. El autor, desde luego, no busca el buenismo ni las medias tintas. Con un ritmo trepidante, que no baja en ningún momento, vamos a asistir a asesinatos en directo narrados con descarnada realidad, casi con crudeza. Matar nunca es limpio ni sencillo. Conoceremos esas esquinas oscuras y sórdidas que no vemos de la zona más visitada de Madrid y lo que se esconde detrás del sexo por dinero. Alternando escenas con los diferentes personajes, Carlos Augusto Casas nos introduce en una historia dura que va ganando en intensidad y crueldad a medida que avanzamos.Sin embargo el amor también está presente, aunque sea un amor desvirtuado por las circunstancias: el de Teo el Gentleman por Olga, la mujer que logra que se olvide de su soledad y de sus miserias durante una hora a la semana; el de la inspectora Iborra por su marido ausente, un amor desgastado, lleno de agujeros y reproches pero real; el de Herodes por Lidia y su hijo, que se han convertido en una especie de redención en su vida de la que sabemos poco, pero es aterradora.

Ya no quedan junglas adonde regresar ha sido todo un descubrimiento. Una novela que te arrastra a través de sus páginas en una espiral creciente de violencia y tensión pero narrada con fuerza, con un ritmo endiablado y que cuenta con personajes poderosos. Ninguno, como decía antes, puede ser catalogado de "bueno" aunque gozan de un carisma innegable, lo que hace que acabes por posicionarte a su lado. A pesar de todo. Si os gusta la novela negra de verdad, ésta os va a impactar. Porque la venganza, por mucho que James Bond dijera que se sirve fría, suele brotar de la rabia y el dolor. 






10 comentarios:

  1. No conocía el libro y me has dejado con ansias de leerlo.
    Un b

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  2. No lo conocía, voy a darle una vuelta. Besos.

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  3. Pues me pasa como a Inés, no conocía el libro de nada y me has picado la curiosidad y mucho. Investigaré un poco pero me lo llevo apuntado.

    Un beso

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  4. Y porqué no nos conocemos si no hubiera sido el tercero en recomendártela :-)

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  5. Me gusta mucho la portada, si lo viera en la librería seguro llamaría mi atención y ahora después de tu reseña más todavía.

    Saludos.

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  6. Pues no conocía este libro para nada pero viendo las recomendaciones y lo que te ha gustado, no me cabe duda de que hay que apuntarlo.

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  7. No lo conocía y no me importaría nada leerlo.
    Un beso ,)

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  8. Otra más que no conocía este título y lo cierto es que me gusta mucho lo que nos cuentas de él.
    Besos.

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  9. Hola Yolabda! Lo cierto es que son temas duros y parece que hay que leerlo en un momento en el que estemos fuertes y con ganas de adentrarnos en un trama bastante oscura. Gracias por contarnos, no lo conocíamos.
    Un besazo

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