miércoles, 27 de diciembre de 2017

ESCRITA EN TU NOMBRE de Amelia Noguera


Allá por el año 2012, gracias a una iniciativa de un "libro viajero" conocí Escrita en tu nombre y a su autora, Amelia Noguera. Una vez que terminabas la lectura, había que dejar un pequeño comentario y la firma en las páginas de inicio. Escrita en tu nombre era una novela entonces autoeditada. La versión en papel la "fabricaba" la propia Amelia en una imprenta cerca de su casa. Recuerdo que el primer comentario que leí fue "Yo también me he enamorado de Omid" y también recuerdo que sentí un cierto escalofrío porque tenía puestas muchas esperanzas en el libro y de pronto pensé que era romántico... No tengo nada en contra de la literatura romántica, al contrario, leer es siempre maravilloso, pero a mí no me convence. Ya conocéis mis gustos. Y no. Sí, había amor en ella. Una historia de amor maravillosa, pero no era sólo eso como espero saber transmitiros. Ahora la Editorial Almuzara ha apostado por la novela y la ha publicado y ha sido emocionante volver a encontrarme con Malena y Omid, con sus vidas. Casi no hay diferencias con la edición original excepto algunas páginas suprimidas y pequeños añadidos que no cambian en absoluto la historia.

De nuevo me he encontrado arropada, cómoda, como visitando la casa de alguien a quien de verdad quieres y que te acoge y te cuenta cómo le va la vida. He podido escuchar en cada una de sus líneas a los protagonistas, ver en cada párrafo los mismos lugares que ellos pisaban, hasta oler el paisaje y las calles de Madrid. Siempre me han fascinado los libros que “cuentan cosas”, aquellos en los que puedes sumergirte sin miedo porque crean un universo paralelo lleno de vida, de experiencias, de sucesos que se van enlazando, en los que cada capítulo te aporta más y más. Quizá por eso me encanta releer de vez en cuando Cien años de soledad o Cinco horas con Mario, dos de los ejemplos más claros de ese tipo de libros. Es difícil de explicar, pero no pierdo nada con intentarlo ¿verdad?.

Escrita en tu nombre ha conseguido eso. Me ha subyugado, literalmente. Y he disfrutado tanto de su lectura como la primera vez, aunque ahora lo tengo muy, muy complicado para tratar de transmitiros esa fascinante sensación. Pero bueno, como dice el aforismo latino “audaces fortuna iuvat” (la fortuna favorece a los audaces), así que vamos allá.

LA AUTORA: AMELIA NOGUERA


Después de cinco años, de varios encuentros, conversaciones, confidencias y hasta torrijas con un café en Starbucks, considero a Amelia mi amiga. Madrileña, Ingeniera Informática y graduada en Humanidades, hizo un poco de todo en su vida profesional: editora, traductora, profesora y hasta directora de publicaciones editoriales. Después de convertirse en un éxito de ventas en Amazon, en 2014 Roca Editorial publicó su novela La marca de la luna. Posteriormente Suma de Letras publicó en 2015 La pintora de estrellas y en 2016 la novela corta Prométeme que serás delfín.  Hay una frase de Amelia que me encanta: “Mis novelas son yo misma y no pienso abandonarlas, a pesar del mercado, a pesar de las crisis. Hay que seguir creyendo en lo que te hace ser mejor, hasta el final.”

MAGDA, MALENA, MAGDALENA… Y OMID


No sabía qué me iba a encontrar cuando, en su momento, me llegó el libro. Pero empecé a leerlo con mucha curiosidad y algo de prevención (lo confieso) cuando vi, como os contaba, el primer comentario que habían dejado en él. Pero decidí olvidar frases y sumergirme en él sin salvavidas alguno. No me avergüenza confesar que me ahogué en él y hasta se me escapó más de una lágrima emocionada y alguna sonrisa cómplice, pero es que entendía tan bien a las mujeres de este libro... Ahora he vuelto a ahogarme con gusto, a perderme en los miedos de Malena, en el pasado de Omid, en lo que les une sin remedio.

Podría parecer, por el título de este epígrafe, que es una novela de tres mujeres pero realmente sólo es una. Tan complicada como solemos serlo todas, que parece que tenemos una capacidad asombrosa para cambiar o para amoldarnos. O para convencernos a nosotras mismas de que siendo como otros quieren tendremos más posibilidad de que nos amen. Siempre he creído que esa es una maldición que nos está costando superar, porque nunca acabamos de estar contentas con nosotras mismas y nos boicoteamos constantemente, más pendientes de la aprobación de los que nos rodean, del bienestar de los que viven con nosotras, olvidando que también merecemos, simplemente, que nos quieran. Así de simple. Que nos quieran por ser nosotras, por existir. Y cuando ocurre, no nos lo creemos. Qué paradoja.

Magdalena, la protagonista de Escrita en tu nombre, lleva el nombre de una tía suya, algo muy habitual en las familias españolas. Su tía nunca tuvo una vida fácil ni feliz y tuvo un triste final, por lo que Magdalena siempre piensa que ese estigma lo lleva con ella, como una cicatriz perpetua que se inició en la insripción en el registro. Pero la vida le irá aportando más cicatrices en el alma que apuntalarán esa idea que tiene de sí misma. Nacida en una familia humilde pero muy trabajadora, con un padre que hace más horas de las que puede para mantener a su numerosa prole, Magdalena, que es la mayor, se echa a la espalda la responsabilidad de ser la hija perfecta, la que no de problemas, la que consiga brillar en sus estudios para conseguir las becas que le permitan ir a la universidad.

La novela, contada en tiempo actual y narrada alternativamente por las voces de Malena y de Omid (con algunos capítulos cortos que hacen referencia a otros personajes) , va haciendo constantes flashbacks. Primero en la vida de Magdalena, a la que nunca llaman por ese nombre. Generalmente es Magda y así es como la conocen sus primeras amistades en el instituto... y Mario, por el que pierde la cabeza desde que le ve por primera vez. Con el paso del tiempo, y tras algunos desencuentros, la relación con Mario se formaliza pero de forma extraña. El nunca busca acercamientos, nunca parece desearla, se limita a preparar sus oposiciones y consolidar un noviazgo gris, con la idea básica de que ambos gocen de una vida saneada y tranquila en el futuro. Magda, ciega ante Mario, con la voluntad anulada y convencida de que todo es como debe ser, le defiende hasta en lo indefendible y ello provocará hasta terminar con su mejor amiga. Tras el matrimonio nada cambia, pero Magda sigue pensando, resignada, que eso es lo normal hasta que una noche todo salta por los aires del modo más inesperado. Es Mario quien crea a Magda, quien la convierte en alguien que se conforma con las migajas que le van arrojando, a quien puede manejar a su antojo, convencido de que ella jamás protestará porque está segura de no tener razones para ello.

Magdalena, Magda, también será Malena, un nombre que no tiene un inicio demasiado feliz, ya que surge por un triste incidente. Pero Malena parece enfrentarse a las cosas con más coraje y , sobre todo, con más corazón que Magda. Es como si el nuevo nombre trajese a una nueva mujer que trata con todas sus fuerzas de ahogar la vocecita regañona y rendida de Magda cada vez que toma una decisión. Malena conocerá a Omid, un músico iraní exiliado de su país siendo niño tras la caída del Sha, y que ha vivido una sucesión de pérdidas y de tristezas que podrían haberle convertido en un vegetal en cuanto a sentimientos. Pero Omid es luminoso. No sólo porque es atractivo a rabiar, sino porque sabe disfrutar de cada minuto que le da vida como si fuese un milagro, un regalo que abrir con ilusión. Y tras los primeros encuentros con Malena se irá enamorando profundamente y tratará de llevarle a su terreno, que sea feliz. Pero ese viaje también estará lleno de curvas, túneles y baches.

SUS NOMBRES, SUS ALMAS


Una de las cosas que más me llega de Escrita en tu nombre es que a lo largo de sus capítulos se nos van regalando, durante algunas páginas, pedazos de las vidas de las personas que comparten, de algún modo, el camino de Malena y Omid. Es como abrir pequeñas ventanas esquineras que nos permiten ver mundos paralelos al que estamos siguiendo. Y en todas esas páginas, en cada esbozo de vida, vamos a encontrar auténticas joyas, porque el gran mérito de Amelia es lo bien que nos dibuja a los personajes aunque parezcan secundarios o poco importantes. A todos les dota de tanta humanidad y nos son tan reconocibles que no puedes por menos que sentir cariño por ellos. Hasta en el caso de Mario, a pesar de todo, aunque con él en lo que caes es en la compasión cuando comprendes lo que ocurre. 

La presencia de Omid en la vida de Malena es un revulsivo. Ella trata de defenderse de todo lo que va sintiendo por él porque está harta de sufrir, harta de pensar que no es digna de ser amada, harta de haber sido siempre una segundona porque su mejor amiga era la guapa, la ingeniosa, la que se llevaba a los chicos de calle. Y ella nunca merecía una segunda mirada. No os imagináis cómo me he sentido de identificada con ella, pero esa es, desde luego, otra historia. Y a pesar de que Omid rodea a Malena de cariño, de experiencias hermosísimas y de seguridad, ella jamás acaba de estar convencida, sigue teniendo un miedo atroz a enamorarse del todo y que él la deje por otra más guapa y mejor. Un miedo que tomará forma en la figura de la exmujer de Omid, con la que él terminó definitivamente dos años atrás, una mujer hermosísima, sensual, irresistible, empeñada en recuperarle a toda costa.

Magda brotará ahí como una catarata, acallando a Malena y retomando su odioso “ya te lo dije”. Visto así casi podría pensarse que hay algo que no va bien en la mente de Malena, pero no es eso. A todas nos pasa. Tenemos esa dichosa conciencia culpable, ese odioso Pepito Grillo que nos repite que no podemos, que no debemos, que no nos conviene, que no lo merecemos. Y aquí se llama Magda. Tan sencillo como eso y tan complicado.

Las vidas de Omid y Malena se nos van contando desde diferentes tiempos: su infancia, sus familias, su juventud, su presente incluso cuando no están juntos. Y también Amelia nos trae sus momentos de unión, sus paseos, sus noches y sus mañanas sin caer jamás ni en la pornografía ni en el mal gusto, sin contar detalles. Sólo insinuando lo que ha sido tan intenso. Ambos se nos hacen tan familiares y les tomamos tanto cariño, que cuando termina la novela te quedas un poco huérfana. Te da una pena inmensa que acabe cuando has compartido tanto con ellos y has sido su confidente en todo momento. No, no es una novela de amor, pero sí trata de él y del modo en que personas tan distintas y tan necesitadas de él se encuentran. Pero sobre todo es una novela de vidas, de amistad, de retos superados; de redención, quizá. 

Personalmente creo que es la mejor novela de Amelia Noguera. Sobre todo por cómo hace sentir al lector a medida que se pierde en sus páginas. Te consideras parte de la historia, espectadora provilegiada no sólo de las vidas de Malena y Omid, sino porque puedes sentirte identificada al ponerte, con sus palabras y su modo de narrar, un espejo bien bruñido delante en el que reconocerte. Con un lenguaje fácil y un estilo que impresiona por su fluidez, nos hace disfrutar enormemente de la lectura. Y era cierto lo que ponía en la primera página, en la dedicatoria anterior a la mía ¿recordáis?: yo también me he enamorado de Omid. Qué difícil es no hacerlo. Pero cómo me gustaría contar en mi vida con alguien como Malena para cerrarle el pico de una vez a mi Magda particular.

6 comentarios:

  1. Pues no conocía esta novela de Amelia Noguera hasta hace unos días, cuando la descubrí en el canal de El búho entre libros. La autora me pareció muy cercana en la entrevista, tanto, que me dieron ganas de hacerme con la novela. Y vista tu reseña... pues creo que no me va a quedar más remedio. Enhorabuena, al final conseguiste transmitirlo.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Veo que te ha gustado y te ha calado hondo. La tendré en cuenta para un futuro, que la vida no me da.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Qué reseña más sentida y preciosa, Yolanda. La tengo en el estante hace algunas semanas y quiero comenzar La para el nuevo año. Me has dejado con muchas ganas. A mí estas novelas de personajes me encantan.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Totalmente me voy a entregar a esta autora, recomendada en un club de lectura, y con tu reseña ya tengo bastante para saber que me ca a encantar leerla. Gracias

    ResponderEliminar
  5. Me acuerdo de aquél libro viajero que yo también tuve en mis manos. Que gran historia la que nos cuenta Amelia y que bien escrita. Besos.

    ResponderEliminar
  6. Pues no he leído nada de la autora y no me importaría hacerlo con esta.
    Un beso ;)

    ResponderEliminar